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martes, 14 de septiembre de 2004

REFUGIO TUCARROYA

Localización: Macizo de Monte Perdido. Valle de Pineta. Pirineo Aragonés.
Localidad de acceso: Bielsa.
Inicio: Refugio Pineta
Final: Refugio Tucarroya.
Punto más bajo: 1.240 metros.
Punto más alto: 2.669 metros.
Duración: 8 horas (ritmo pausado y tranquilo).
Cartografía: Editorial Alpina, Ordea y Monte Perdido. 1:40.000

El objetivo de la ruta de hoy no es ningún pico. Ninguna ascensión. Nuestro objetivo de hoy es el refugio de Tucarroya. Nos hace mucha ilusión simplemente ir allí a dormir. Hay muchas razones para ello. La brutal subida del Balcón de Pineta, el circo y lago de Marboré, las impresionantes vistas del glaciar colgado de la cara norte del Monte Perdido, la increíble ubicación del refugio en la brecha de Tucarroya y por supuesto el refugio en sí. El Refugio de Tucarroya es un refugio libre de 12 plazas y que tiene la particularidad de ser el refugio más antiguo de todo Pirineos. Fue inaugurado el 5 de agosto de 1890. ¿Hacen falta más razones para ir a dormir a Tucarroya?
Al día siguiente el mal tiempo nos impidió subir a los Astazous, pero esa es otra historia. Ahora vamos a lo que nos ocupa. 
El simple hecho de subir a Tucarroya ya es una pedazo de actividad preciosa con más de 1.400 metros de desnivel.
Para llegar al Refugio de Pineta simplemente hay que coger la carretera que desde Bielsa se adentra en el Valle de Pineta. Aparcamos.

Desde el mismo refugio cogemos el GR-11 perfectamente señalizado. Recorriendo la pista en el fondo del valle ya tenemos unas primeras vistas fascinantes del Pico de Pineta (2.861 mts.) y de la Punta del Forcarral (2.718 mts.).
Cruzamos el Río Zinca que baja fuerte desde muy arriba.
Poco después del puente tendremos que abandonar la pista que sigue en dirección a los Llanos de Lalarri y coger un sendero a la izquierda que sube al Balcón de Pineta. Las cascadas inundan nuestras vistas por todas partes. El cartel no deja lugar a dudas del camino a seguir...pero miro el mapa para mentalizarme del tremendo subidón de 1.200 metros de desnivel que tenemos por delante.
La subida es larga y evidentemente dura, pero el sinuoso trazado del sendero en interminables curvas lo hace menos empinado.
Ya bastante arriba miramos hacia atrás al valle. Se pueden ver perfectamente las últimas curvas de la pista para llegar a los Llanos de Lalarri, y encima de los llanos las laderas herbosas de La Estiva.
Un pequeño alto para reagruparnos. El largo y duro ascenso estira mucho el grupo.
Al fondo la Punta del Forcarral ya no parece tan distante.
Hay que seguir camino que aún queda bastante.
Otra mirada abajo hacia Lalarri y la Estiva.
Ya casi lo tenemos.
Y por fin llegamos al Balcón de Pineta (2.500 metros). Pedazo de subida. Preciosa y fácil pero dura.
El circo de Marboré es un lugar en el que hace frío. Asi que después de la pedazo de sudada que tenemos por la subida, hay que abrigarse sin falta.
Cae agua por todas partes.
Ya abrigados toca comer algo y disfrutar de un increíble entorno alpino...
...en el que por encima de todo destaca el impresionante glaciar colgado de la cara norte del Monte Perdido.

El Valle de Pineta...1.400 metros más abajo.
Y aquí está el Lago Helado de Marboré (2.600 mts.) y detrás el pedazo de tajo de la brecha de Tucarroya. Pues justo ahí en lo alto de la brecha está el Refugio de Tucarroya (2.669 mts.). Hay que rodear el lago por el lado oriental, cruzar aquel nevero que se ve al fondo y subir por la canal pedregosa.
Rodeando el Lago Helado de Marboré.
Y atravesando el neverillo que veíamos hace dos fotos.
Y después de subir la canal pedregosa llegamos al viejo Refugio de Tucarroya. Refugio libre de 12 plazas con colchones y mantas (por lo menos cuando fuímos nosotros había mantas).

Pues nada...a elegir cama y relajarnos. Por cierto, el refugio es frío. Pero a nosotros nos encantó. Sobre todo por el sabor alpino que desprende.
Y después de preparar algo para cenar...
Toca por fin relajarse en el refugio, comer, charlar, reír y disfrutar de estar en este mítico refugio. Un francés que había en el refugio nos hizo la foto.
Nadie debería perderse esta ruta. Es increíble de principio a fin. Ciertamente no es una ruta para aquellos que no les gusten las subidas duras. Pero al margen de eso tiene belleza descomunal, exigencia física, un entorno fascinante y alpino. Por supuesto una de las joyas de Pirineos como es el gaciar de monte Perdido. Y el Refugio de Tucarroya desprende esencia de alpinismo por cada piedra. Si impresionante fué la actividad, la tarde alrededor de aquella mesa comiendo y charlando en un refugio suspendido a más de 2.600 metros fué maravillosa.
Todo aquel que ame Pirineos y la montaña en general, está en la "obligación" de ir a dormir a Tucarroya por lo menos una vez en la vida.
Fué un día que por muchas razones no olvidaré nunca.

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